Lectura

Alas de sangre y la nostalgia

¡Hola, Hola! Sí que ha pasado tiempo desde la última vez que escribí por acá, pero como dice el título de esta entrada: me ha entrado la nostalgia.

Si no recuerdo mal lo último que compartí por este medio fue mi fangirleo por The Owl House hace más de dos años, desde entonces el número de cosas que han sucedido en mi vida y en el mundo se han multiplicado.

Para empezar, Disney recortó The Owl House y la serie terminó en tres especiales que podían dar para mucho más; una verdadera pena. Ayer me recibí de la carrera y este año volví a la escritura con una novela que me sacó completamente de mi zona de confort, pero que puso en marcha una serie de eventos que hicieron que hoy esté escribiendo esto.

Historian #1 (nombre en clave con el que hablo de ella en redes sociales) es una novela juvenil de ficción histórica con toques paranormales. Escribirla fue un desafío que todavía no sé si salió muy bien, pero me trajo de vuelta la ilusión por crear. Eso llevó a que en marzo y abril me pusiera con la corrección del Continente VI, y con eso se pusieran en funcionamiento otros mecanismos mentales que terminaron de encajar con la lectura de Alas de Sangre.

Creo que sobra hablar de este libro. Ha estado en boca de todo el mundo y no soy muy original viniendo a hablar de él, pero no quiero comentar todos los puntos positivos y negativos de la historia (para eso está mi reseña en Goodreads), ni siquiera desentrañar el fenómeno literario en que se ha convertido (aunque lo intenté), sino compartir mis sensaciones con la lectura.

No lo empecé con las mejores de las expectativas. No he tenido un gran año lector y venía huyendo de libros que creía no iban a gustarme, pero salió como lectura del bimestre para el club de lectura Simposio de Magia y Robots y no me quedó más remedio que darle una oportunidad.

Al principio entré con recelo, pero el worldbuilding captó mi atención, aunque la que verdaderamente me compró fue la protagonista. Violet es un personaje que conoce sus debilidades y fortalezas, y las sabe utilizar muy bien. Me gustó muchísimo encontrar un personaje femenino que, si bien sigue dando golpes porque debe ser una guerrera empoderada (concepto con el que no estoy excesivamente de acuerdo), muestra otras formas de ser fuerte.

Fue esa fortaleza de Violet, la manera en que se te presenta un nuevo mundo de fantasía, los amigos y enemigos que se encuentra, las tensiones sexuales (resueltas y no resueltas), y LOS DRAGONES, lo que me hizo continuar con la lectura con muchas más ganas. Me regresó al cuerpo esa emoción de empezar una nueva saga con todo ese horizonte que queda por descubrir, esas ganas de compartir con alguien el sentimiento de lo mucho que te ha gustado algo, esa ilusión de leer fantasía por el simple hecho de querer disfrutar un mundo nuevo.

Últimamente se pide mucho a la fantasía: que sea científica, que sea REALISTA, que siempre nos dé razones para su imaginación desbocada, que su maravilla tenga un sentido. Alas de Sangre me hizo olvidar de todo esto, y no porque no intente crear un mundo con sus reglas claras y cualidades propias de la alta fantasía, sino porque al momento de leerlo no es lo que me importaba (aunque el worldbuilding y su trama histórica es mi principal razón para continuar con la saga), sino, simplemente, seguir leyendo por el acto de leer, de pasarla bien.

Hacía mucho que no disfrutaba de leer, hacía mucho que no disfrutaba de escribir, y este libro ha logrado cerrar este año con metas muy claras para el próximo 2024: leer, escribir y disfrutar.

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